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Publicado por
María
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Machismo en el acceso a los puestos de poder
Hace menos de un mes, en España, ocurrió algo que, a mi juicio, consiguió mostrar la verdadera política de un sistema completo. El diputado del Partido Popular y candidato a las elecciones europeas, Miguel Arias Cañete, tras un debate en una famosa cadena de televisión con la candidata del Partido Socialista dijo lo siguiente: “El debate entre un hombre y una mujer es muy complicado. Si haces un abuso de superioridad intelectual parece que eres un machista que está acorralado a una mujer indefensa"[1].
La reacción de la población mundial fue instantánea y la mayoría condenó las palabras del ministro y exigió que pidiera perdón y, en algunos casos, dimitiera, pero todo el debate se centró en la misma idea: la política de un determinado partido es machista y es machista porque piensa que la mujer es intelectualmente inferior al hombre pero tan solo una pequeña parte de la población alcanzaba a ver las consecuencias o el fondo de aquellas palabras. Cuanto más se condenaban ese comentario más claro se veía que detrás de aquellas palabras de Cañete había algo mucho más profundo, y lo que está detrás es el acceso restringido al puesto de poder por parte de las mujeres y eso, además de ser machista y sexista, es violencia laboral.
Los números cantan el machismo
Miremos datos más allá de las palabras de Cañete:
El número de concejalas en el Partido Popular en 2014 es del 7.665 mientras que el de hombres es 14.841[2].
El número de concejalas en general en la clase política española en 2014 es 21.140 y el de hombres 38.856.
Y en cuanto a Órganos superiores y altos cargos de la Administración General del Estado, en 2013, hay 97 puestos ocupados por mujeres frente a los 199 ocupador por hombres.
Si todavía pensamos que la desigualdad en puestos de poder no es tanta, podemos fijarnos en el número de académicas/os numerarias/os en las Reales Academias españolas, 50 puestos ocupados por mujeres frente a 486 puestos ocupados por hombres en el 2014.
Estas estadísticas están en relación directa con las palabras de Arias Cañete, no son el resultado de un comentario de un determinado individuo, son el resultado de una ideología y es la que corresponde a “la mujer no puede estar en el poder, eso es trabajo de hombres porque son intelectualmente superiores”.
Para que se pueda ver con claridad la idea os presento el siguiente esquema:
Por un lado tenemos los datos que muestran la poca cantidad de mujeres en puestos de poder, es algo que está en la superficie que hemos normalizado y que no suele escandalizar a la mayoría de la población porque no lo relacionan con un problema de discriminación o con una ideología determinada, por otro lado tenemos casos como el comentario de Arias Cañete que crean gran expectación o sorprenden y que todo el mundo denuncia pero que nadie relaciona con el escaso número de mujeres en puestos de poder, más bien suelen entender este tipo de comentarios como casos aislados de un tipo de machismo rancio que nadie mantendría hoy día y se atribuye a un único partido político o a un sector reducido, y, finalmente, tendríamos la ideología del patriarcado que le atribuye a la mujer el papel de inferior intelectualmente hablando de la que poquísima gente es consciente o que suelen entender como totalmente obsoleta o "resuelta", en definitiva, que no se da en el siglo XXI. La relación entre las tres etapas es todavía menos apreciada, porque si por un lado negamos la etapa profunda que todavía existe pero que no se aprecia y, por otro, consideramos las palabras de Arias Cañete como algo puntual y aislado, estamos obviando el problema y nos alejamos de su solución y del incremento de mujeres en puestos de poder.
Autora: Lucía Carrillo González ( @mrsrobinson_ ) tiene 23 años y es estudiante de filosofía en la Universidad de Granada, sus campos de interés son la ética, la filosofía política y los derechos humanos.
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Comentarios
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Es cierto, en general me encuentro con mujeres y hombres que no perciben esta discriminación laboral, y lo que es peor, que piensan que las mujeres disfrutamos de una discriminación poitiva.
ResponderEliminarLas mujeres no perciben como un problema su menor presencia en puestos d poder y, si les mencionas el tema, no creen que se deba a nada en.particular sino a una casualidad.
Algunas no quieren reflexionar acerca de por qué no han llegado más alto en su carrera profesional; piensan que no se lo merecen. Pues no, compañeras, hay discriminación basada en prejuicios y estereotipos propagados por el sistema patriarcal que han calado muy hondo tambié entre las mujeres.