Tratar igual no es igualdad

Tratar igual no es igualdad

Formacion feminista. Igualdad. Equidad.

Decir que tratar igual no es igualdad puede parecer chocante en un blog feminista. 

¿Qué quiero entonces, que me traten diferente por ser mujer?

No. No quiero que se me trate distinto a mí por ser mujer. Y tampoco quiero que se me trate igual que a un hombre.

Quiero que  la concepción del mundo, de la ley, de las ciudades, del sistema de pensiones, de la educación no estén pensadas para hombres y se "permita" acceder a las mujeres. Quiero que dejen de concebirse el mundo masculino en el que vivo, las leyes masculinizadas a las que se me somete, la justicia patriarcal con la que se me juzgará o la que acudiré buscando reparación como espacios neutros que nos tratarán igual a hombres y mujeres.

No hay nada neutro al género. No hay, hoy por hoy, nada que aplicado de una misma forma a hombres y mujeres tengan los mismos efectos para unas y otros. Porque si a los hombres se les han dado ventajas sociales, culturales, económicas, políticas, y personales durante dos milenios, decir "ahora ya os tratamos igual a mujeres y hombres" no es suficiente. La neutralidad al género es como aquello de cero grados, ni frío ni calor.

Y que nadie me venga a dejar en comentarios que nosotras ahora tenemos privilegios. Porque no no nos cobran en las discotecas, por ejemplo, que es el más repetido por machistas de todo pelaje. ¡Menudo privilegio! Ser tratadas como cebos para machos.  Si alguien lo quiere lo cambio desde ya. Cedo también con alegría el privilegio de cobrar menos trabajando lo mismo, el de ser penalizada al contratarme si estoy en lo que se supone "edad fértil", el de caminar con miedo por la calle por las noches (e incluso de día), el de tener más posibilidades de morir en casa a manos de un hombre que diga amarme. También regalo el privilegio de ser violada en grupo, el de ser acosada en los espacios públicos y obligada a escuchar los comentarios de cualquier señor que decida decirlo en voz alta. Cedo el derecho a tener que justificar la ropa que llevaba y lo rápido que me recuperé  si me violan. El privilegio de que en el transporte público me toquen, achuchen, aprieten y sobeteen, cedido al primer señor que diga yo. ¿Algún voluntario en la sala?

¡Ah!, me olvidaba, el derecho a ser puta lo regalo también. 


¿Y qué más queréis si ya sois iguales?

Formación feminista. Equidad e igualdad.

Pues así, sin pensar mucho, queremos todo. O la mitad de todo. O la parte proporcional que nos corresponda. Pero nuestra. No cedida, ni dejada, ni permitida ni prestada. Nuestra. Por ser personas que compartimos la sociedad en esa proporción, que contribuimos a ella en una proporción, como mínimo, igual.

Sin embargo, las mujeres nos hemos incorporado en, dicen, igualdad pero no a espacios neutros sino a espacios androcéntricos pensados por y para hombres donde la ventaja previa se reproduce, se legitima y consigue un "sello de igualdad" que es solo un espejismo de igualdad en el que quieren obligarnos a sentirnos representadas. El tratarnos igual que a los hombres y no a unos y otras como personas idénticas en derechos y deberes es a la igualdad real lo que el masculino genérico a la representación de las mujeres en el lenguaje. O sea, un timo.
Un ejemplo tonto: las prendas consideradas neutras o unisex son, generalmente, de corte masculino. ¿O han visto ustedes acaso, y yo me he perdido, las faldas unisex llevadas orgullosamente por señores como icono de igualdad? Y eso que hubo siglos de prohibición de usar pantalones a las mujeres. Ahora no solo no nos lo prohíben ¡son neutros!

Nos incorporamos a campos masculinos o masculinizados donde nos vemos obligadas a asimilar un modelo masculino que, para colmo, se nos vende como neutral, aséptico. Y da igual que hablemos de política, de cultura, de educación, de deporte, de creación artística, de desempeño laboral de cualquier clase.  Si nos atrevemos a alzar la voz ya llega el ¿qué más queréis?, mirad otros países que están peor (con lo que tiene de amenaza velada y, a la vez, reclamo de medallas porque ¡oh, cielos! ya podemos hacer, dicen, de todo).

Se olvidan mucho de que nos "dejan" hacer de todo a algunas privilegiadas en algunos países donde el Feminismo ha conseguido eso para ellas tras trabajar duramente. Porque, sorpresaaaa, esa "neutralidad" no ha llegado sola. Ha sido conquistada. Para todas. Incluso para las que dicen "Ni machismo ni feminismo, igualdad" que a esas les ponía yo en bucle una locución loquendo con los mejores artículos de Marías y Reverte. Sin acritud y desde el cariño y el respeto.
Porque el sistema patriarcal será muchas cosas, pero tonto no es. Va cediendo lo mínimo para no ser desmontado. Cambiando para que todo se mantenga igual o lo más parecido posible. 

Así, serán premiadas sistemáticamente las mujeres que reproduzcan más y mejor el modelo patriarcal preexistente. Por eso las cuotas están bien, porque habrá mujeres; pero no pueden quedarse ahí porque, de existir la posibilidad, no estarán las mujeres que pretenden demoler el sistema, sino las que lo apoyen. 
Y habrá excepciones y, a esas excepciones, deberíamos de cuidarlas mucho entre todas. Aunque no sean tan perfectas como desearíamos. Porque el sistema hace que a las mujeres se les exija una perfección que rara vez es requisito para un hombre. 

Romper en mil pedazos ese espejo es urgente y solo hay una herramienta posible: el feminismo. Sin una mirada feminista el espejo de igualdad será solo una jaula de oro más. Un nuevo eslabón de la cadena con la que el sistema pretende mantenernos a raya. Otro. Un poco más de movimiento, pero la misma esclavitud de siempre.

Como en aquél anuncio de detergentes donde un mayordomo nos decía a las mujeres qué hacer (donde se ponga un hombre para saber de algo que se quiten las mujeres) "el algodón no engaña". La prueba del algodón es sencilla:
  • ¿Te deja donde el sistema te quería? No es Feminismo, es machismo.
  • ¿Te deja donde estaban los hombres? No es neutralidad, es sexismo.

Por eso cada vez que escucho lo de neutro me da la risa floja. ¿Género y neutro? Tururú. Que vendan la moto a otra.
María S. Martín Barranco


Comentarios

  1. Cuesta comprender que no queremos ni una parte del mundo regalada ni cedida, sino nuestra, creada por nosotras, que nos dejen hacer, protagonizar, liderar, dirigir; ese es el mundo que queremos, el creado por nosotras. Es difícil de comprender, sobre todo, cuando cada vez hay más mujeres que piensan que el Feminismo limita a las mujeres: estáis viviendo como quiere el patriarcado, por eso os deja vivir y es complaciente y amable con vosotras.
    Pilar

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Cuesta porque hay quien cree que conseguir derechos los resta a quien los tiene. Olvidamos demasiadas veces que una persona más con derecho hace que toda la sociedad en la que vive sea mejor. Gracias por comentar :)

      Eliminar
    2. Anónimo, ¿quién te impide crear, iniciar o participar, por poner solo un ejemplo, de una cooperativa integral como las que hay en Asturias? Cooperativas que funcionan al margen del ladrón sistema financiero y el disfuncional modo de hacer las cosas en todas las areas.
      ¿Qué o quién te está impidiendo a tí o a cualquiera de nosotras hacer, emprender, protagonizar, liderar, dirigir?

      Eliminar
  2. Enhorabuena por el artículo. En relación a lo que comentas en él. Hace tiempo escuche a una agricultora - activista de una organización agraria en Latinoamérica las siguientes palabras: "No queremos la mitad del pastel. Queremos la mitad de la pastelería". Esta frase me acompaña cada día y, como señalas en el artículo, no quiero que me cedan nada, quiero la mitad de todo, incluida la gestión, la responsabilidad, los recursos, los resultados, los problemas,...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Fantástica la frase, Raquel! Creo que me la voy a apuntar bien grande para repetirla muchas veces. Besos y gracias por compartirla con nosotras.

      Eliminar
    2. Anónimo, ¿quién te impide crear, iniciar o participar, por poner solo un ejemplo, de una cooperativa integral como las que hay en Asturias? Cooperativas que funcionan al margen del ladrón sistema financiero y el disfuncional modo de hacer las cosas en todas las areas.
      ¿Qué o quién te está impidiendo a tí o a cualquiera de nosotras hacer, emprender, protagonizar, liderar, dirigir?

      Eliminar
  3. Tal vez te parece que la sociedad esta estructurada para hombres, en un sistema patriarcal y todo lo demás, pero no es así, esta estructurada para humanos, tanto hombres como mujeres, no para simios, por eso te cuesta mucho comprenderlo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Cierto, pero en realidad está estructurada para esclavos. Esclavos que en su mayoría no saben que lo son, esclavos tanto hombres como mujeres. A los diseñadores de éste sistema demencial lo que menos le importa es el género del ganado de su granja.

      Eliminar
  4. lo que pide es imposible, asi os va a las femilistas, aclarese:
    No. No quiero que se me trate distinto a mí por ser mujer. Y tampoco quiero que se me trate igual que a un hombre.
    Si no quiere que le traten distinto, y tampoco como a un hombre, como quieren que le traten a usted? sino es igual que al hombre va a ser distinto evidente no?

    ResponderEliminar
  5. ¿En qué empresa de éste país te han ofrcido el "privilegio" de cobrar menos trabajando lo mísmo?

    ResponderEliminar
  6. A ver, evidentemente no me voy a leer esta bazofia de artículo.
    Está claro que las feministas queréis que os traten mejor por ser mujeres, y esa ha sido la principal causa de caos social en el país.
    Algunos dicen que el movimiento feminista ha ido demasiado lejos, pero no estoy de acuerdo con esa frase.
    El feminismo es una ideología criminal y un error histórico.
    Explicar algo a mentes tan obtusas como a las que por aquí cagan sus excrementos argumentales es una soberana majadería porque quien tiene un mínimo de inteligencia y empatía es antifeminista.
    Quien a estas alturas crea que la mujer está oprimida es sencillamente irrecuperable.
    Yo en realidad soy partidario de que nos opriman a los hombres.
    Debe ser maravilloso casarse con una mujer y luego follarse a otra en su cama, en la casa que ella ha pagado recibiendo una pensión compensatoria tras haberla descambiado como un calcetín usado.
    En realidad no, pues soy moralmente superior a una feminista y no le haría eso a una mujer porque tengo empatía con el sufrimiento humano.
    Nunca sería partidario de poder mandar a una mujer a la cárcel solamente con mi palabra.
    Espero que mi mensaje os haya hecho reflexionar.
    Saludos cordiales.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Debido a la insistencia de determinados machistas aburridos, nos hemos visto en la obligación de administrar la moderación de entradas. Este blog no publica ningún comentario que contenga enlaces. Lamentamos las molestias para el resto de participantes. Gracias por vuestra comprensión.