La intuición femenina o la excusa científica para la desigualdad


Según un reciente estudio, las mujeres, debido a nuestra menor exposición a la testosterona, somos más intuitivas y, por lo tanto, menos reflexivas: “Científicos españoles apuntan que las mujeres son «más intuitivas» que los hombres por un componente biológico, que las predispondría a adoptar durante sus vidas un pensamiento «menos reflexivo» que ellos” Universidad de Granada, Secretaría General

Esto es así, lo ha demostrado la ciencia, es nuestra biología, menor, imperfecta, lo que nos hace más intuitivas, pasionales e irracionales, víctimas de nuestros sentimientos y nuestro estado de ánimo. Descritas así, parecemos bombas ambulantes a punto de estallar en un ataque de histeria inminente e impredecible. Recordemos que la RAE nos advierte de que la “histeria” es “más frecuente en la mujer que en el hombre”. Tenemos, pues, todas las pruebas científicas y argumentos autorizados en nuestra contra: somos así, volubles, la donna é mobile. No me extraña que no nos dejen trabajar en puestos de responsabilidad, ¡si es que en cualquier momento la podemos liar parda!

El estudio está realizado con 623 estudiantes (363 mujeres y 260 hombres), por un equipo de investigadores de las universidades de Granada, Pompeu Fabra de Barcelona y Middlesex University de Londres, cuyos resultados pueden consultarse aquí, donde hay acceso al artículo completo: Can exposure to prenatal sex hormones (2D:4D) predict cognitive reflection?

Ilustración Ratio Digital
Las sorprendentes conclusiones que se han divulgado surgen de una teoría ampliamente contrastada por la cual la diferencia entre nuestro dedo índice y anular nos indica nuestro mayor o menor contenido en testosterona, es lo que se llama el ratio digital. Pues bien, tras realizar una serie de preguntas de contenido matemático, se observó que las mujeres cometían más errores y ello es achacable a su menor contenido en testosterona lo cual, a su vez, se puede comprobar en la mayor diferencia entre su dedo índice y el anular.

Es evidente que si se parte de una hipótesis como la existencia de conocimiento intuitivo en las mujeres y que, este está en contraposición con otro tipo de conocimiento más reflexivo y práctico, las pruebas, métodos y análisis estarán guiadas y  determinadas por este pensamiento, de manera que las conclusiones son esperables.




Table 2.
CRT: % of correct answers by sex.
Males (%)Females (%)P-value
CRT-item 135.7729.200.098
CRT-item 225.7710.470.000
CRT-item 334.2318.730.000

0 correct answers43.4661.43
1 correct answer28.8523.97
2 correct answers16.159.37
3 correct answers11.545.23
P-values from two-sided Fisher's exact tests for the difference in proportions.


Sin negar la validez de las pruebas científicas y la objetividad del estudio original, me asombra la orientación de las conclusiones y de las hipótesis de partida que se han elegido para la divulgación del artículo. En primer lugar, llama la atención la consideración de la intuición como una facultad opuesta a la reflexión: “El pensamiento intuitivo se puede definir como aquel que se procesa de forma automática e inconsciente y que, por tanto, requiere poco esfuerzo cognitivo”, y se continúa explicando qué se entiende por pensamiento intuitivo: “se basa en las sensaciones y es más «emocional»”. Además, se aclara: “En ciertas situaciones, «dejarse llevar» por la intuición será más acertado que pararse a reflexionar; en otras, ocurrirá lo contrario”. Adivinad en qué situaciones es mejor intuir que reflexionar y ya tenemos la segregación sexual en el trabajo.

La intuición, así, es una facultad negativa, contraria a la razón (así se define en el drae: “Facultad de comprender las cosas instantáneamente, sin necesidad de razonamiento”), lo cual, a mi juicio, obedece a una concepción romántica del mundo. Más inexplicable es, todavía, la vinculación entre la intuición y la creencia en dios o en lo paranormal: “Creer en Dios o en lo paranormal –que se relaciona positivamente con responder el test de forma intuitiva”

Es más, considero que incluso en este mismo estudio, los tres investigadores –todos varones– que lo han realizado, han tenido que echar mano de su intuición para atisbar por dónde debería ir su estudio. Ellos han tenido la intuición de que le cerebro femenino funciona de forma diferente y se han propuesto comprobarlo. La intuición, por tanto, en este caso, ha servido de paso previo a una reflexión, a un estudio científico, razonado y apoyado en pruebas y tesis ampliamente documentadas. No me parece, por tanto, que la intuición sea un rasgo negativo más asociado a lo femenino (además de lo “débil, endeble”, con que nos relaciona la RAE) y que, si es verdad, como parece comprobarse en este estudio, que el cerebro femenino y el masculino son diferentes, se elaboren conclusiones más integradoras que no sigan alimentando estereotipos, que son los que, a su vez, promueven la desigualdad.

Pilar Jódar
Filóloga, investigadora en Literatura española y Profesora.
Licenciada en Filología Hispánica y DEA, por la Universidad de Salamanca.
Profesora de Lengua, Inglés y Francés y autora de artículos relacionados con el teatro, en revistas y publicaciones especializadas.

Interesada por las situaciones de desigualdad que viven las mujeres de mi país, encontré en el Proyecto Desgenerad@s un cauce para mis preocupaciones.


Comentarios

  1. La experiencia me dice que las personas, hombres y mujeres, han dejado la intuición de lado, y la razón, las explicaciones, es una de las fuentes de neurosis más importantes. Si eso es así, que las mujeres somos más intuitivas, es algo bastante positivo, nos lo pone más fácil. Y ser intuitiva no está relacionado con ser menos reflexiva, sino ser más conscientes de lo que queremos, de lo que nos pasa.

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