Mass Media mediante, o como vacas al tren

Hay una famosa viñeta sobre Internet en la que aparece un perro
 sentado enfrente de un ordenador y al pie de la misma se dice:
 "Lo mejor de Internet es que nadie sabe que eres un perro*"
*Leído al revés en inglés, perro (dog) significa Dios (god).
Anthony Guiddens. Manual de sociología.
Hay una historia de la manipulación de unas personas por otras tan larga, supongo, como la Historia del mundo, o de la de la raza humana en él. No iré tan lejos, aunque sí muy lejos, a los momentos anteriores a la Gran Guerra. La I Guerra Mundial, según nos resume cuenta Noam Chomsky en El control de los Medios de Comunicación:
 «La primera operación moderna de propaganda llevada a cabo por un gobierno. Ocurrió bajo el mandato de Woodrow Wilson. Este fue elegido presidente en 1916 como líder de la plataforma electoral Paz sin victoria, cuando se cruzaba el ecuador de la Primera Guerra Mundial. La población era muy pacifista y no veía ninguna razón para involucrarse en una guerra europea; sin embargo, la administración Wilson había decidido que el país tomaría parte en el conflicto. Había por tanto que hacer algo para inducir en la sociedad la idea de la obligación de participar en la guerra. Y se creó una comisión de propaganda gubernamental, conocida con el nombre de Comisión Creel, que, en seis meses, logró convertir una población pacífica en otra histérica y belicista que quería ir a la guerra y destruir todo lo que oliera a alemán, despedazar a todos los alemanes, y salvar así al mundo. Se alcanzó un éxito extraordinario que conduciría a otro mayor todavía: precisamente en aquella época y después de la guerra se utilizaron las mismas técnicas para avivar lo que se conocía como Miedo rojo. Ello permitió la destrucción de sindicatos y la eliminación de problemas tan peligrosos como la libertad de prensa o de pensamiento político. El poder financiero y empresarial y los medios de comunicación fomentaron y prestaron un gran apoyo a esta operación, de la que, a su vez, obtuvieron todo tipo de provechos».
Que todo está inventado es algo que sabemos de sobra pero, a veces, es necesario escarbar entre la multitud de informaciones (ciertas, falsas, inmediatas, mediatizadas, importantes, irrelevantes, interesantes o cualesquiera otras susceptibles o no de clasificación) y llegar algo más allá para poner la vista en alguno de los puntos de la evolución de nuestra civilización en los que la marcha atrás ya no fue posible. Quizás todos sean así, una línea de no retorno que nos empeñamos en olvidar —o se empeñan en que olvidemos— tan pronto cruzamos, pero puede que esa línea sea el contorno de un círculo en el que, como si de un redil se tratara, pacemos la comodidad de no pensar, de dejarnos mostrar sin mirar más que lo que nos ponen delante, como las vacas al tren.
Hoy, casi cien años después, en un mundo que podría parecer tan distinto y tan lejano a aquél, asistimos entre el desinterés,  la diversión o la estupefacción a la repetición de maniobras que pretenden obtener los mismos efectos, pero llevadas a cabo de un mudo tan burdo, con una ordinariez y tosquedad tales que nos lleva a pensar que o bien toman a la opinión pública por idiota o los idiotas son, directamente, quienes por tales nos toman.
Quienes confeccionan las noticias funcionan como "guardianes", controlando lo que entra en la agenda política; es decir, de lo que el público se entera y que conformará a su vez la agenda del resto de los mass media. Es prácticamente imposible criticar la cobertura de los medios de comunicación dominantes si se tiene poco acceso a otras fuentes alternativas, pero también es sumamente improbable que en mitad de un bombardeo de información segundo a segundo, podamos tomar el tiempo de comprobar la veracidad, la adecuación o la coherencia de los titulares que se nos proporcionan, o que ahondemos en ellos. Si nos dan el resultado de una quiniela exigimos que sea veraz, que se haya comprobado, que no quepa posibilidad de error y una rectificación lo más rápida posible si lo hubo. ¿Por qué no exigimos el mismo rigor con el resto de las informaciones?
Baudrillard señalaba que, en una época en la que los medios de comunicación están por todas partes, se crea realmente una nueva realidad, la hiperrealidad, en la que se mezcla el comportamiento de las personas y las imágenes de los medios de comunicación. El mundo de la hiperrealidad se construye mediante simulacros, imágenes que sólo toman su significado de otras imágenes y que, por tanto, no se basan en una "realidad externa”. En ese contexto, los grupos que tienen poder logran controlar las ideas dominantes que circulan en la sociedad, con el fin de justificar su propia posición. El flujo de noticias está dominado por un pequeño número de agencias de noticias que proporcionan información puesta al día a periódicos y emisoras de radio y televisión de todo el mundo, que a su vez son multiplicadas hasta el infinito por las redes sociales. ¿Cuántas de estas informaciones no están suministradas por grupos de poder? ¿Qué sabemos del mundo, del resto del mundo, a través de un conocimiento que no esté construido por los medios?
Volvemos de nuevo la vista atrás, aunque no tanto, y recordamos cómo trataron los medios de comunicación de masas los movimientos sindicales de los años 80 en Inglaterra, tal y como nos recuerda Anthony Guiddens en su Manual de Sociología:
«Las noticias sobre relaciones industriales solían presentarse de forma selectiva y sesgada. Palabras como "problemas", "radical" y "huelga sin sentido" indicaban una postura antisindical. Era mucho más probable que se informara de las molestias que ocasionaban las huelgas a la población que de las causas de estas medidas de presión. Las filmaciones utilizadas solían dar una imagen irracional y agresiva, de las actividades de los huelguistas. Por ejemplo, si se les mostraba impidiendo que otros trabajadores entraran en una fábrica se hacía más hincapié en las confrontaciones que hubieran podido ocurrir, aunque hubieran sido muy pocas».
Ya me contaran si escuchan estas palabras en informativos u otros medios españoles del día 29 y en qué medida. Puede ser tan divertido o más que ver pasar el tren.

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